Llegó el gran día. La semana se acababa y estábamos todos expectantes para saber si Phileas Fogg iba a conseguir realizar su propósito de dar la vuelta al mundo en 80 días. Nos pusimos nuestros trajes y bajamos al patio para comprobar si venía a las 12 en punto, tal y como había prometido... y llegó, por un medio de transporte que no era ninguno de los estudiados: tren, buque de vela, vapor, elefante, trineo... ¡llegó en moto! y puntual, como dicen de los británicos. Aplausos, gran alegría, y las correspondientes fotos "de familia".